Que la vida te sonría

Que la vida te sonría

Tengo una amiga que cuando está bien o está pasando por un momento de equilibrio en su vida, cuando le preguntas como está, ella siempre dice: -“ando bárbara, es que la vida me sonríe“. Y siempre que la escucho, es como si esa frase me trasmitiera esa alegría que está viviendo. Es por eso que elegí esa frase “Que la vida te sonría” para compartirla hoy con ustedes. Ya que cuando uno logra que la vida le sonría, es cuando encuentra ese estado emocional positivo donde el fluir con la vida se hace algo sencillo y natural. Es ese estado de paz, de plenitud que se llega conectando con el sentir y tomando decisiones desde el corazón.

En realidad la vida nos sonríe todos los días, el problema es que hay días que somos nosotros los que no queremos sonreírle de vuelta. Es nuestra mente, nuestros pensamientos negativos, nuestras preocupaciones humanas, las que no nos permiten apreciar lo que tenemos. Porque no importa cual sea la circunstancia que estamos viviendo, no importa cuan difícil o fácil sea el momento que nos esté tocando vivir, lo que importa es que estamos vivos y que tenemos la posibilidad de hacer cosas y de cambiar nuestra realidad paso a paso si no nos gusta.

Hay tantas cosas para sonreír y que son tan simples que las damos por sentadas. La verdad que si paramos un segundo a observar, si invertimos cinco minutos y salimos de la carrera de la rutina, hay muchas cosas por las que estar agradecidos. Ya he escrito en el pasado sobre ejercitar la gratitud y creo que es uno de los caminos para alcanzar este estado emocional del que estamos hablando.

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Que la vida te sonría no es andar con una sonrisa de oreja a oreja las 24 horas del día o sonreír obligado (como Sheldon), no quiero que se malentienda. Que la vida te sonría, es sentirse cómodo y a gusto con la vida de uno. Estar en coherencia con lo que uno piensa, lo que uno siente y las cosas que hace. Estar en sintonía con el sentir del corazón, que eso se traduce a ser quienes realmente somos. A veces creemos conocernos, creemos saber que queremos ciertas cosas en nuestra vida, pero la realidad es que muchas veces hacemos cosas “porque hay que hacerlas”, “porque es lo que dice la sociedad que se hace” o por que “en mi familia es lo que hay que hacer”. Se que no es un ejercicio fácil cortar con los mandatos sociales o familiares, pero reencontrarnos con nosotros mismos y respetar nuestro verdadero ser es la única manera que tenemos para encontrar la verdadera felicidad. Encontrar ese estado de equilibrio es una responsabilidad de cada uno, un trabajo individual, arduo, pero no imposible.

Al igual que mi amiga, les deseo que cada uno pueda lograr que sus propias vidas “les sonrían”. Les deseo que puedan encontrar ese equilibrio y esa paz. Y aunque este mundo nos recuerde que por momentos puede llegar a ser un lugar hóstil y poco tolerante, re afirmar con nuestras propias existencias que también puede ser un paraíso, sólo depende de cada uno de nosotros.

Linda semana, Caro.

p.d. Copyright “Que la vida te sonría” by Ade y gif animado de aquí.